martes, 30 de octubre de 2007

La Tecnè, el Todo y sus Partes

(Deus)


Se dijo que el poeta es un personaje del mundo falaz, que adolece de realidad y que le sobran ismos en su carterita de opio, que sus verdades son siniestras y que el tiempo no madura sus grisáceos lóbulos de donde nace aquel aliciente de la duda. ¿Somos acaso capaces de creer en historias fantásticas y multifacéticas realidades, en relatos absurdos y en un amor único? ¿Dejaríamos a Sófocles, a Víctor Hugo, a Rubén Darío, a Goethe o a Baudelaire en los anaqueles de la historia infundada?

Por supuesto que no… y no solo somos capaces de creer en estas fantasías, es menester que lo hagamos, lo necesitamos, es un deber imperioso del ser humano encontrar sustento en el esteticismo de las formas y todos los mundos. Ya sea pintada, cantada, actuada y en este caso en particular escrita, la poesía nos transporta al universo quimérico donde el poeta asesina sus estados de animo como una inminente catarsis que favorece al florecimiento de la belleza y la fealdad, de la alegría y la tristeza, del desamor y el desamor. La estética es la naturaleza del hombre, la naturaleza que el hombre hizo para los hombres, una construcción ideal de los mundos del mundo, de las esferas concéntricas y los deliciosos antagonismos sopesados por la justicia poética. La buena vida, el malvivir, el frenesí y la desazón, la traición que subyace en la injusticia del narcisismo. Así estos variados atributos dicen que somos hombres falibles, prescindibles y hasta equívocos, sin embargo es en este estadio donde suscita la trascendencia del ser hombre, de ser poeta, artesano, rey, verdugo o dictador.

Tanto el poeta como los demás artífices de la realidad, se encuentran en constante producción, porque si se es poeta nunca se dejará de serlo y no habrá interrupción en su labor, aunque no tengamos aprisionado entre las manos un magnífico libraco tornasolado de poesía, no claro que no, el arte vive dentro de nosotros y mientras el literato esboza algún desenlace crucial y el compositor destruye pentagramas etéreos, el poeta combina una métrica propia con recursos y une versos dentro de su cabeza, siempre en busca del bien perdido, siempre abusando de paradojas sublimes y lecciones de la existencia misma. Sabiamente adiestrado en la percepción y el llamado de las musas el poeta escribe, a veces, como alguien dijo con más suerte que inspiración y con más ganas que talento.

Siempre atento y expectante, ávido y nutrido mientras transcurre la tormenta que ocasiona la creación, consolado más que nada, por que tiene en su poder el atributo o la cualidad de lo perfectible. Quizá este atributo deba entenderse como el sesgo divino que emancipa al hombre de la tutela del gran creador, quien por su arte nos convierte en refractarios de aquel haz de luz que se dispara del prisma divino. Si, somos el cristal en donde refracta el aura o la esencia, en donde se manifiesta la autonomía de lo creado y la existencia de un subartesano conocido como hombre. Sin embargo es imposible concebir al arte como un deber sino como la respuesta a un mensaje, como una crítica, como una queja, como las loas y la aceptación, tanto por el agrado y por el desacuerdo, que puede generar el ser creados perfectibles a partir de lo que se dice a si mismo perfecto.

¿Será tal vez el arte un desquite del humano imperfecto?

Pues es lo más posible… Un desquite que deja ver el lado irascible de Dios latente en los hombres. Un desquite que atenta contra las formas, en el devenir de la potencia en acto. Un ajuste de cuentas entre lo real y las apariencias, donde es imposible obviar el carácter lúdico inmanente a la tecné en la elaboración o producción que va desde los oleos sacros hasta los improvisados pasacalles que saturan a la ciudad de criptografías, permitiéndonos así leer los murales del tiempo y percatarnos con viveza de que el arte es un mensaje cifrado que trasciende a los hombres y revela la sublime impronta de artífices e inventores visionarios, adelantados en su tiempo, que supieron encontrar en la imperfección una lectura transgresora, un touch que convierte al artista en el factótum aeternus, avezado en tantos menesteres como el arte lo requiera mientras que este mensaje cifrado, este acertijo va transformándose en el padre de una realidad incompleta o inacabada, una realidad que logra bastardear 2 aquella primera idea perfecta, ese destello inasible que moviliza lo ideal; no obstante esta se mueve sin ser movida logrando la justa identificación con su simiente y el prototipo de la perfección.

1- Humano imperfecto, puede ser tomado como una obviedad, pues se sobreentiende que la condición humana implica un ser imperfecto.

2- Bastardear, tómese como degeneración de su naturaleza. (Idea)

Por Nicolás Martínez Ribó

domingo, 28 de octubre de 2007

Rescatando el valor del capital humano


Entrevista a Jesús Alberto Zeballos para La Gaceta

El flamante presidente de la Asociación Filosófica de la República Argentina (AFRA) afirma que una crisis es una oportunidad para la vida personal.



En septiembre pasado, el profesor de Filosofía e investigador Jesús Alberto Zeballos pudo constatar empíricamente lo que ya venía estudiando en la teoría: que, contrariamente a lo que supo decir la tradición, hay que que saber sacar del caos una oportunidad. Y que a las empresas hay que empezar a mirarlas con una mirada diferente, en la que el capital humano tiene una fuerte incidencia.

“Hace un tiempo he escrito un trabajo sobre la administración caótica. Durante la experiencia de la organización del IV Congreso Argentino de Filosofía, que hemos organizado en Tucumán, pudimos ver cómo se puede administrar algo respetando los objetivos del grupo, aun cuando en este aparece un cierto caos”, afirmó Zeballos, retomando la experiencia que nucleó en esta provincia filósofos de todo el país.

Al finalizar el Congreso, que siempre va rotando de sede, Zeballos fue elegido presidente, por dos años, de la Asociación Filosófica de la República Argentina.

“Sobre la base de las teorías de Prygoyine y de Bertalanfy, una empresa es en mayor medida activa y productiva cuando está al borde del caos. Es la búsqueda de lo que tradicionalmente se llamaba homeostasis, y que yo prefiero llamar homeorresis, porque es un estado de equilibrio que siempre se pierde y se vuelve a buscar”, reflexionó el filósofo.

- La famosa consigna de convertir la crisis en oportunidad...
- Exacto. En el campo de la administración, la postura de la administración clásica decía que el administrador era un hombre sagaz, tomador de decisiones oportunas, pero aquí no ocurre eso. Aquí hay un caos que se retroalimenta con distintos elementos, para lo cual hay que tener en cuenta muchas cosas.

-Usted integra un grupo de investigación sobre capital humano y formación de profesionales...
-Es un grupo multidisciplinario en el que hay matemáticos, lógicos, economistas, administradores. Y lo que estamos investigando es la influencia de lo que los economistas llaman capital intangible, y que hace al progreso o al retroceso de las empresas. Hay muchas cosas que no parecen cuantificables (como sí lo son las maquinarias o los edificios), pero que tienen una fuerte incidencia en el destino de las empresas.

- ¿Se trata de definir las condiciones para el trabajo?
- Más que de las condiciones para el trabajo, se trata de las condiciones humanas para el trabajo: es decir, “este señor rinde más allá que acá”; “este señor tiene más condiciones para esto que para aquello”. Todo eso también se puede cuantificar. Es algo bastante novedoso. Lo vemos con métodos cualitativos; y lo que se puede cuantificar, se cuantifica de un modo probabilístico.

- ¿La Facultad de Ciencias Económicas fue el campo de experimentación?
- Sí, porque el proyecto está relacionado con la formación profesional. El capital humano es fundamental en el buen desarrollo de una empresa, sea privada o pública.

- ¿Qué se ve en la UNT ?
- Que mucho del trabajo recae sobre los docentes medios. Por distintos motivos, la gente más joven- los auxiliares, los jefes de trabajos prácticos- son los que más trabajan; en algunos casos, porque tienen pasión por lo que hacen; en otros casos porque necesitan agrandar su currículum, por la carrera docente. Eso pasa en toda la universidad. Si vemos la organización de los congresos, esos sectores son los que llevan el mayor peso. Es, precisamente, lo que ha pasado en el Congreso Argentino de Filosofía que hicimos en Tucumán : ellos son los que trabajaron. Y lo que no aparece es el trabajo.

- ¿El Congreso fue caja de resonancia de la discusión filosófica en la Argentina?
- Sí, se vio mucha discusión sobre filosofía política, sobre filosofía biopolítica. Este último tema fue trabajado por Foucault, que señalaba que incluso las necesidades biológicas pueden ser determinadas autoritariamente en una organización casi mecanicista, y pueden determinar cuestiones tales como qué debes comer para producir más, cuál es tu tiempo de descanso, y cuál debe ser tu tiempo de trabajo. Muestra un mundo muy planificado...

- Un gran hermano orwelliano...
- Eso es. Y en ese sentido diríamos que si a nosotros nos llegan a determinar hasta los parámetros biológicos, estamos perdiendo no sólo la libertad de conciencia, sino hasta la libertad biológica. Y hay un sometimiento total del individuo.

- Otro tema fue el del lenguaje ¿Por qué interesa tanto la cuestión del lenguaje?
- La filosofía del lenguaje es, de alguna manera, la vedette de estos tiempos. Desde la década del 60 en adelante se habla del “giro lingüístico”. Así como en otras épocas se ponía la atención en la metafísica, en el problema del ser, en el problema del hombre, aquí se ha descubierto que el problema fundamental es el problema del símbolo. Que si no existe la mediación del símbolo no hay cómo arribar a la realidad; en un artículo, yo escribí que es muy difícil superar la ficción del lenguaje. Es lo que Wittgenstein define como “la mosca dentro de la botella”. Estamos como entrampados en las redes lingüísticas...

- La paradoja del lenguaje que incomunica...
- Efectivamente. Yo diría que esa es la condición del lenguaje. Por eso es que el psicoanálisis explota tanto la cuestión del malentendido. Al fin y al cabo, uno dice algo, pero el otro lo recibe desde su propia experiencia.

- ¿Hay épocas más propicias para el malentendido que otras?
- No lo había pensado, pero es probable que esta sea una de esas épocas. Y parte de ese malentendido, me parece, es propiciado por cierto manejo de los medios de información. Creo que hoy uno de los grandes problemas es el ruido. Creo que hoy hay más ruido que información. Hace tiempo yo escuchaba una suite francesa del siglo XIX, interpretada por un guitarrista exquisito, Fernando Sor, y me decía a mí mismo que el oído contemporáneo no está hecho para esta música, que lleva a la meditación. La música actual, por el contrario, lleva al aturdimiento.

- Es la diferencia entre informar y comunicar...
- Así es. Comunicación viene de “hacerse uno”. No sé si será verdad, pero una vez alguien me dijo que había una tribu primitiva entre los guaraníes, que desarrollaba la siguiente práctica, están un tiempo largo, sentados unos a la par del otro, sin hablar. Y después de un tiempo, se dicen: “bueno, compadre, ya he visto que está bien”. Y se va. Una comunicación maravillosa, ¿no? La comunicación del silencio.

- ¿A qué atribuye el interés de los jóvenes por la filosofía?
- Creo que es producto de estos tiempos desesperanzados. Los jóvenes con alguna inquietud se vuelcan a la filosofía buscándole algún sentido a toda esta cosa que se presenta como tan caótica, tan imprevisible. Esa vida que, como escribió Shakespeare, es un cuento narrado por un idiota.


LA GACETA

sábado, 27 de octubre de 2007

Humor Filosofico Deportivo


Monty Python - International Philosophy ( ¡ clickea aqui ! )


"International Philosophy Football Match", se enfrentan, por única vez en la historia del fútbol filosófico, Grecia y Alemania.

Para los amantes del deporte filosofico, para reir un rato.









¡ Gracias Maria !

viernes, 12 de octubre de 2007

RE-Valorizando el arte under Tucumano


En el siguiente texto me propongo dar a conocer mediante un paneo general, la actual situación de censura en la que creo que se encuentra inserta el arte under Tucumano. Sin embargo me fue necesario remitirme a algunos casos concretos en otras ciudades del país a modo de complementar el análisis.


Me gustaría dejar por sentado de antemano, que en el siguiente texto las ideas están ordenadas sistemáticamente a modo de que cumplan la mera función de ser disparadoras. Me fue sumamente complicado abordar tal problemática de una manera tan resumida y poco compleja, dejando de lado diversos ejemplos y análisis minuciosos y rigurosos que se merece dicho estudio. Pero comprendiendo la idea de que tal espacio de reflexión, es subir textos mínimamente dinámicos y de una extensión acorde a ello (y no un tratado sociológico o un ensayo de varias páginas) decidí abstenerme al caso.

"La censura es como el camaleón, tiene múltiples caras ,facetas y formas ,puede mutar en su apariencia de modos convencionales a no convencionales; muchas veces es silenciosa pero efectiva en su función de poner límites a la imaginación, de hacer del arte un cuadrado, pero principalmente de ahogar y sofocar la voz de almas inquietas." - Santiago González.

Hablar de los tipos de censura a diversas ramas del arte en las distintas culturas puede llegar a ser un tema muy extenso.

Tucumán siempre se caracterizó por una tradición cultural de tintes claramente autoritarios, y no sólo durante gobiernos dictatoriales. Actualmente vemos como bajo gobiernos "democráticos" se efectivizan prácticas no menos represivas que durante los procesos de facto contra cierto tipo de arte, contra ciertas ramas o grupo de artistas.


Este tipo de censuras, que se pueden dar de modos evidentes o encubiertos, están fundamentados en pre-juicios claramente comprobables, y no sólo son producto de los gobiernos sino también de una gran parte (yo diría la mayoría) de la sociedad Tucumana, a la cual la caracterizo en este sentido de des-informada en todo lo que atañe al arte en sus múltiples expresiones y sentidos. Esto lo vemos reflejado en el poco interés (evidenciado muchas veces en burlas y menosprecio) por parte de la sociedad a cierta clase de eventos teatrales, plásticos, fotográficos, rockeros y artesanales, solo por citar algunos ejemplos. No niego en absoluto que la sociedad Tucumana no tenga conocimientos generales sobre el arte y sus diversas prácticas. Pero lo que si afirmo es que ese conocimiento es sumamente pobre y limitado, ya que se extiende solo a espectáculos masivos, muchas veces patrocinados por los gobiernos, en los cuales no están incluidos ciertas categorías de artes y artistas que no estén de algún modo comprometidos o sean cómplices (al menos hasta que cobren el dineral) con el gobierno de turno y con el actual sistema socio-político. Así, vemos la cantidad de presupuesto que invierte la secretaría de cultura de nuestra provincia en espectáculos convencionales y foráneos de "verdadera y auténtica calidad artística”, como: Manuel Wirtz, Cristian Castro, Julio Boca, Ricardo Montaner, Pablito Ruiz,”el chaqueño” Palavecino, Sergio Dennis, etc; dejando de lado en la mayoría de los casos (salvando algunas excepciones de concurrencia “masiva”) a valiosas manifestaciones artísticas hechas en casa.

Aprovecho para dejar por sentado, que con esto no desestimo en absoluto la labor y la vocación de estos reconocidos artistas, pero me parece que su práctica y su modo de concebir y hacer arte no es mejor ni peor que muchos otras formas que no son masivas ni socialmente conocidas en profundidad, y que sin embargo si son des-valorizadas y socialmente interpretadas como ridículas y absurdas. Pareciera ser que en nuestros gobernantes y en algunos sectores de la sociedad actúa de trasfondo una lógica que se fundamenta de la siguiente manera: a mayor convocatoria mejor/mayor calidad artística.

Todos estos grupos artísticos minoritarios a los que hago referencia ( movimientos de Stencils, graffitis, músicos punks, hardcores, reggaes, agrupaciones de malabaristas, artesanos, escritores, poetas, literatos, teatristas y actores independientes, etc) no son reconocidos socialmente como artístas y su actividad como un modo de arte. Esto se traduce y se contrasta empíricamente en muchos ejemplos hoy en día ya cotidianos, como: las múltiples censuras a ciertos recitales de rock, efectivizado en diversas imposiciones traídas de los pelos, cacheos indiscriminados y tratos prepotentes y arbitrarios tanto a hombres como a mujeres dentro y fuera de los recitales; la torpe, cavernícola y violenta censura a la muestra de paneles de la revista Barcelona ; en la persecución sistemática (plasmadas en desalojos violentos) a artesanos y escritores de Zines de las plazas y espacios públicos; en la persecución ideológica a artistas que hacen y utilizan su vocación como un medio de protesta social-política y económica; la falta de espacios de libre expresión; como así también en los tratos interpersonales cotidianos del cara a cara: hoy en día, en el mismo trajín urbano vemos como un artesano, un actor de teatro ,un artista plástico, un malabarista, un rockero ( especial y concretamente los Punks, Hardcores y Darks) son tratados socialmente como desempleados, drogadictos, vagos, desocupados ,atorrantes, seres extraños, raros y loquitos que ponen en riesgo la cohesión social.

Ante este nefasto panorama que vive hoy en día el arte under en Tucumán, me parece necesario que todos los artistas e independientes que de alguna manera se sientan implicados en tal situación, nos auto-convoquemos e intentemos generar conciencia de que la única forma de que se reconozcan nuestros derechos y de luchar por la conquista de un espacio sano de libre expresión, es mediante la práctica y el compromiso social y político. El artista en general tiene que entender y ser conciente de que su propia labor forma parte y está en gran parte determinada por un contexto social, político y económico, y que es casi imposible des-ligarse de el.

Por otra parte, creo menester que de a poco se vayan implementando (obviamente con un compromiso tácito de los artistas) proyectos educativos diversos en los cuales se genere conciencia del valor simbólico del arte, pero principalmente de sus múltiples maneras de concebirlo, interpretarlo, realizarlo e imaginarlo. Pero para esto, primeramente será necesario abrir nuestros sentidos, nuestras almas y dar cuenta de que no debería haber nadie ni nada que sea poseedor de cierto poder con el cual determinar y juzgar que es arte y que no lo es, que es belleza y que no lo es, porque justamente uno encuentra arte y belleza en donde otros no. Aunque evidentemente hoy en día ya no es extraño dar cuenta de que las fuerzas hegemónicas y dominantes no sólo escriben la historia, sino también establecen y determinan cuales los cánones estéticos, artísticos, científicos, éticos y educativos a tener en cuenta. Por tal motivo creo justamente, que es fundamental la toma de conciencia, mediante la lectura, la información, el debate y la reflexión en tales círculos minoritarios, y en pos de esto, actuar en la diagramación de un proceso reivindicativo con pequeños pasos (pero efectivos) a nuestros pares mas cercanos, ya que lograr un cambio social de esta índole requiere mucho tiempo y un trabajo constante por parte de los implicados.

No dejemos que la censura nos determine, nos condicione, nos aliene, nos limite; que aprisione y atemorise nuestros mas íntimos y sinceros sentimientos y pensamientos; que sofoque nuestra imaginación, pero por sobre todas las cosas, no permitamos que nos impida y nos coarte la libertad de sentirnos vivos y con ello….de sentir el poder de nuestra existencia.

por: Santiago González


martes, 9 de octubre de 2007

El Filosofo


En esta oportunidad quisiera realizar una pequeña aclaración con respecto al momento en que definimos al filosofo. Quizás en nuestro tiempo la definición ya no es tan interesante analizar, solo recurrimos al origen de la palabra y su antiguo uso. Sin embargo hoy en día el pretender aludir a un filosofo, lo hacemos en la forma diría yo: “política”, lo primero que averiguamos es su titulo universitario, su cursado en licenciatura en filosofía etc. Mi critica es en esta instancia bastante convincente. El filosofo no es aquel que teniendo honores universitarios hace una filosofía del mundo escribiendo bellos textos que agradan solo a los docentes de cátedras de turno. Vale hacer por esto, una cierta distinción: no todo filosofo es graduado en filosofía, y por tanto, no todo graduado en la carrera de filosofía es considerado un filosofo.


Quien obtiene meritos universitarios es generalmente un bueno comentarista de autores, o por consiguiente buenos pedagogos. Pero he aquí que también existen estudiantes, profesores, licenciados que hacen de su filosofía una ingrediente básico para el experimento sobre las ideas y el surgimiento de nuevas posturas. Claro esta que la influencia histórica es indispensable para la reformulación de nuevas concepciones; sin embargo esto no es lo mismo que explicar un libro de cierto autor.

Algunas de las características que considero particulares para poder definir al filosofo son por un lado la posesión del “espíritu critico”. No es mas que discernir concepciones y hacer frente a estas, intercambiar posturas, obtener un espíritu libre de cualquier dogmatismo a la hora de leer. A todo esto el filosofo se trasforma en un “maestro de conjugaciones” porque conoce el método de combinar posturas totalmente diferentes para quienes se quedan con su política estereotipada. Es así que mucha gente que no cursa la carrera de filosofía son verdaderamente considerados buenos para el filosofar sobre cuestiones sumergidas en sus diferentes disciplinas. En definitiva, para ser un buen filosofo no hay que tener demasiados títulos, mas bien basta considerar conjugar y saber realizar un análisis critico sobre cada concepción y dar como resultado pensamientos maduros.

por: José Maria Paz

jueves, 4 de octubre de 2007

Un poco de humor II





Filosofía: itinerario compuesto de varias rutas que llevan desde ninguna parte a la nada.

Cuando un filósofo os responde, ya no se acuerda de lo que se le había preguntado (ésta es la que mas me gusta).

Antes de pensar, hace falta estudiar. Sólo los filósofos piensan antes de estudiar.

Ser filósofo consiste en expresar unas fórmulas lapidarias de reflexiones inútiles.

Un profesor de filosofía entra en clase para hacer el examen final a sus alumnos. Poniendo la silla encima de la mesa dice a la clase: “usando cualquier cosa aplicable que hayan aprendido durante este curso, demuéstrenme que esta silla no existe”
Todos los alumnos se ponen a la tarea, utilizando sus lápices y gomas de borrar, aventurándose en argumentos para probar que la silla no existe. Pero un alumno, después de escribir rápidamente su respuesta entrega su examen ante el asombro de sus compañeros.
Cuando pasan unos días y entregan las notas finales, ante la estupefacción de todos, el alumno que entregó su examen en 30 segundos obtiene la mejor calificación. Su respuesta fue: “¿Qué silla?”

Un ingeniero, un físico experimental, un físico teórico y un filósofo están paseando en las montañas de Escocia. Cuando llegan a lo alto de la cima, ven en otra cima una oveja negra.
El ingeniero dice: “está visto que las ovejas en Escocia son negras”.
“Mejor sería decir que ‘algunas’ ovejas escocesas son negras”, responde el físico experimental.
El físico teórico piensa un momento y exclama: “es más correcto decir que al menos una de las ovejas escocesas es negra”.
Por fin el filósofo responde: “al menos por uno de sus lados”.

El profesor de filosofía a su auditorio, después de la conferencia: Y si ustedes me han comprendido bien, es que me he explicado mal.

recopilación =)

martes, 2 de octubre de 2007

Reflexion estetica

Seminario de Fotografía, Rostro y Retrato
26 y 27 de septiembre de 2007


La inconmensurable fuerza de la imagen es un hecho.
El impacto, el golpe sensorial de las formas y las figuras no sólo es ineludible, sino profundamente significativo.
La vista, la acción de ver, es quizás, uno de los sentidos de mayor importancia, o al menos así lo sostiene una larga tradición empirista, debido a la dimensión gnoseológica que de ella se desprende.
Imagen, representación, lenguaje, conocimiento… son nociones que poseen en sí mismas la posibilidad de una reflexión hacia una multiplicidad de perspectivas; en este caso, en relación a la fotografía.


Desde el retratado, o el observador:


La palabra estética, se corresponde en su significado primitivo, con “aquello que se percibe a través de la sensación”. Siguiendo esta línea, el campo propio de la estética sería la realidad y no el arte, la naturaleza corpórea, material.
Sin embargo, si bien lo estético se inicia en lo corpóreo, en lo sensorial, la experiencia artística posee una dimensión que no finaliza en este nivel perceptivo.
En ese sentido me parece que se establece una relación curiosa con el retrato.
La experiencia de verse retratado, fotografiado, es una experiencia singular, y en cierta medida conflictiva, puesto que se pone de manifiesto la siguiente dualidad en cuanto a la identidad:

-por un lado, se percibe al yo como realidad material, un yo que es accesible a si mismo y a los otros, capaz de percibir y de ser percibido.

-por otro, la idea del yo, la conciencia del yo, en cuanto a que es poseedor de un cuerpo, pero es mucho más que un cuerpo. (es un ser pensante, reflexivo…)

De esta manera la experiencia del retratado lo enfrenta con esta bivalencia que lo mantiene en una tensión constante. La experiencia que tiene de si mismo, es en este sentido, más ajena que la experiencia que tiene de los otros.

Benjamín

Con respecto al retrato, me gusta la idea que sobre él esboza Benjamín.
El autor dice que el valor cultual, que posee el retrato tiene su último refugio en el culto al recuerdo de los seres queridos, lejanos, o desaparecidos…
De la importancia y la necesidad del recuerdo, se desprende la idea de una cierta autenticidad que la fotografía supone.
El aquí y el ahora de la imagen tomada, su existencia irrepetible en el lugar dónde se encuentra es lo que produce esta autenticidad
La fotografía es vista entonces como un fenómeno, como una vivencia misteriosa en la que con un aparato es posible producir una imagen del mundo tan veraz como la de la naturaleza misma.
De aquí obtenemos entonces una definición de la verdad como correspondencia, esto es, que un hecho, un suceso es verdadero si y sólo si es el caso que dicho suceso se corresponde con la verdad fáctica.
Es posible pensar quizás que esta idea, (o deseo) de isomorfismo entre imagen y realidad es un anhelo o consuelo contra la contingencia:

La posibilidad (ficcional o no) de la aprehensión de una imagen, captada de ahora y para siempre, es bastante seductora, quizás porque pretende de alguna manera, la aprehensión del tiempo y del espacio en un momento ínfimo.

Es recorte particular de una situación; de una imagen; de un rostro; de un segundo que parece ser propio, y que baila en la tensión del momento que fue y del que inmediatamente esta por ser.
La suspensión del acontecer, y la obtención material de esta suspensión, es, indudablemente, igual a un tesoro.

Sin embargo, esta idea recibe agudas críticas, puesto que es ingenuo sostener que no existe en la situación más elementos que el retractor, la cámara y el retratado.

Universos incognoscibles se solapan en tal encuentro.
Ambos personajes están atravesados por una situación espacio-temporal, histórica, social, biográfica, ideológica…
Si bien existen elementos que son inmodificables para el fotógrafo, existen importantes variables que están a su disposición y que puede manejar a voluntad.
El retratado no encierra tampoco una pasividad absoluta, puesto que posee una identidad: el testimonio mudo de una vida que ocupa u ocupó un espacio y un tiempo.
Existe también un tercer sujeto, el observador. No se trata de un individuo pasivo, puesto que la imagen que lo golpea repercute en sí mismo con una resonancia particular, lo que permite quizás un cierre a esta relación triádica y dialéctica.
El espectador se siente, dice Benjamin “irresistiblemente forzado a buscar en la fotografía la chispita minúscula del azar, del aquí y del ahora con que la realidad ha chamuscado su carácter de imagen…”


por Susana I. Herrero

suziherrero@gmail.com